LA III CRUZADA
No fue la única. En 1187 Saladino conquistó de nuevo Jerusalén y tuvo lugar la convocatoria de la III cruzada. En ella participó el rey inglés Ricardo Corazón de León. Pese a que no ganó consiguió un acuerdo que permitió a los cristianos visitar la ciudad.
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La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y en 1187 el papa Gregorio VIII convocó una nueva Cruzada. A la Cruzada pronto se unieron Ricardo, el primogénito del rey de Inglaterra, y Guillermo II, de Sicília.La respuesta al llamamiento a la Cruzada fue buena, había un gran fervor religioso en toda Europa.
Ricardo y Felipe II se
enfrentaron en continuas disputas y éste regresó a Francia dejando a
Ricardo al mando de la cruzada. Como Saladino se demoró en su respuesta, Corazón de
León, completamente encolerizado, ordenó que llevasen a 2600 musulmanes,
hombres, mujeres y niños, a las murallas y allí los ejecutaran. Fue un acto bárbaro, que pocos islámicos olvidarían, y que también fue condenado por cristianos. En la ciudad de Acre ondearon todas las banderas de los
reinos cristianos menos las de los alemanes que fueron rasgadas por los
ingleses, acto que luego les costaría caro, en especial a Ricardo.
Ricardo hizo preparativos para marchar sobre Jerusalén. Saladino atacó a las tropas de
Ricardo, pero al verse derrotado huyó destruyendo a su camino las
fortalezas que controlaba. Ricardo a medida que avanzaba ordenaba tomar y
reconstruir estas fortalezas, ya que eran las que controlaban el camino a
Jerusalén.
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